HIMNO DE COMPLETAS (CONTEMPLACIÓN) Ya acalla su susurro la colmena. Ya la última abeja
se echa a dormir sobre el panal de oro. tras su jornada plena de fatigas sin queja y de trabajo en coro, emprende vuelo hacia la flor serena del sueño; y a él se deja en quieta libación de su tesoro. Se acomoda la tórtola en su rama. Mientras la luz se oculta después que el sol se ha puesto, y en la altura del pino arma su cama y su plumón abulta contra el horcón enhiesto, doblando su cabeza bajo el ala. Pitipía un chingolo en el follaje. Despierto entre dos luces y a punto de quedarse ya dormido paga, camino al sueño, su peaje, antes de irse de bruces sobre el tibio reclamo de su nido. Pía ave. Pío himno de completas que aún no se da, a su sueño, por vencido. En intervalos, lento, compagina sus tonadas discretas. Y le arrulla la mar en el oído su lejano, final, “Salve Regina” pautado con recónditas, secretas, gregorianas cadencias que ha aprendido de esta nocturna paz benedictina. Horacio
Bojorge
|